Pasar un fin de semana en uno de los típico pazos gallegos es posible. Muchos de estos históricos edificios han sido rehabilitados y convertidos en alojamientos con todo lujo de detalles y comodidades.
Destacamos algunos de los pazos gallegos más recomendables:
Pazo A Freiría (Puebla de Trives, Orense)
Para encontrar los orígenes de este pazo en las cumbres de Cabeza Grande de Manzaneda hay que remontarse a la Edad Media. Ya en el siglo XII los frailes de la orden de San Juan de Jerusalén, trabajan la finca que a partir del siglo XVI pasó a ser explotada por una familia de la nobleza rural gallega.
El pazo está dentro de una finca de 15 hectáreas, rodeado de prados y bosques de castaños, así que es el lugar idóneo para aislarse y dejar de lado el estrés de la gran ciudad. Por ubicación, es ideal para explorar los cañones del Sil, Orense capital o los monasterios de la Ribeira Sacra.
Pazo Cibrán (Vedra, La Coruña)
Rodeado de 15.000 m2 de huerto y jardín, su punto fuerte es el servicio personalizado, la limpieza, las sábanas de hilo y una oferta gastronómica, desayunos y cenas, que incluye muchos ingredientes criados en la casa y una animada tertulia.Cada una de las once habitaciones tiene su propia personalidad. Está a quince minutos del centro de Santiago de Compostela.
Casa Doñano (Aldea de Vilela, Ribadeo, Lugo)
Pegadita a Asturias, esta casa de Indiano llama la atención de los viajeros por su llamativo hórreo azul. Un indicativo de lo que allí va a encontrar: una casa especial, decorada al gusto clásico pero respetando las raíces del lugar y de la vida de Don Jesús Millares, quien la levantó con el fruto de sus éxitos en Cuba. Ribadeo también es muy conocida por la famosa Playa de las Catedrales.
Pazo do Castro (Barco de Valdeorras, Ourense)
Levantado en el siglo XVII como sede del mayorazgo de Don Pedro de Losada, este lugar está muy enraizado en las tradiciones e historia de la comarca de Valdeorras.El momento clave de este alojamiento rural declarado Edificio Histórico-Artístico es el Viernes Santo, cuando la procesión nocturna de los Caracoles se dirige hasta el pazo para cerrar el solemne acto en la capilla de la casa.
Casa Grande do Bachao (Santiago de Compostela)
Encaramada a la montaña y rodeada de eucaliptos, a quince minutos del centro de Santiago, en esta Casa Grande han acuñado el concepto «efecto Bachao», un estado de relajación y desconexión total que «sufren» todos los que eligen este paraje para descansar.