La Ribeira Sacra, situada a orillas de los ríos Miño y Sil, en el límite de las provincias de Lugo y Ourense, es una zona espectacular en todas las épocas del año. Descubre sus mejores rincones: sus cañones, sus viñas, sus bosques, sus miradores, sus rutas de senderismo, sus monasterios… hacen que esté considerado como uno de los destinos favoritos para el turismo en el interior de Galicia.
A continuación una recopilación de los que los puntos imprescindibles que no te puedes perder:
- Santa Cristina de Ribas de Sil: Este pequeño monasterio medieval se encuentra escondido en lo más profundo del souto de Merilán, un impresionante bosque de castaños. La fusión entre las piedras de la abadía y el color amarillo de la vegetación que lo rodea, crean un rincón muy especial.
- Mirador de Castro: Muy cerca de Santa Cristina se encuentra el mirador de Castro, una atalaya de madera colgada sobre el Cañón del Sil. Desde aquí, a más de 500 metros sobre el río, tendremos una vista impresionante de las grandes paredes de piedra y del otoño en la Ribeira Sacra.
- Viñedos en Parada de Sil: En las parroquias de Chandrexa y de Sacardebois, en Parada de Sil, encontramos una “ribeira” muy poco conocida. Allí se encuentran varias aldeas con mucha esencia, en las que desde tiempos ancestrales se cultiva la vid. Enfrente una amplia panorámica de los viñedos de Amandi. Entre las dos orillas, el río Sil.
- Pasarelas del Mao: Precioso paseo por el valle del Mao que discurre, en este tramo, encajado, justo antes de unirse con el Sil. Sus profundas laderas y sus bosques de robles y castaños son accesibles gracias a la construcción de una pasarela de madera, que durante unos 2 km nos introduce en lo más profundo de la naturaleza.
- Mirador de Matacás: Otro mirador de gran belleza, situado justo encima del embarcadero de Doade. Desde aquí tenemos una visión preciosa de un gran tramo del Sil, de nuevo una buena foto de los viñedos, los bosques y las paredes del cañón.
- Santo Estevo de Ribas de Sil: El famoso Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, hoy convertido en Parador Nacional, también es uno de los puntos imprescindibles del otoño en la Ribeira Sacra. A su grandiosidad y al arte que allí podemos encontrar, se unen las diferentes tonalidades que adquiere su entorno, conformando un conjunto de gran belleza.
- Mirador de Cividade: Este espectacular mirador, diseñado por la arquitecta Isabel Aguirre, nos ofrece una de las mejores vistas de la parte más profunda del Cañón. El Sil a más de 500 metros bajo nuestros pies. Enfrente la orilla ourensana, salpicada de pequeños pueblos que han sabido sobrevivir en un entorno difícil.
- Portotide: El puente de Portotide se encuentra en uno de los lugares más recónditos de esta parte de la Ribeira Sacra del Miño. Allí, sobre las ruinas del antiguo pueblo (hoy sumergido bajo las aguas del embalse), podremos disfrutar de la calma del lugar, al tiempo que nos sorprendemos con la interminable gama de colores de la laderas del valle.
- Playa de A Cova: Muy frecuentada en verano por los bañistas, el resto de épocas del año la Playa de A Cova se convierte en un remanso de paz. Merece la pena pararse unos minutos a disfrutar del silencio y a contemplar el paisaje, rodeado de bosques y sumergido en lo más profundo del valle del Miño.
- O Cabo do Mundo: Se trata de una de las vistas más conocidas de la Ribeira Sacra, protagonista de varias campañas promocionales de Galicia. El Cabo do Mundo es el nombre que recibe el gran meandro que el Miño forma al sortear el monte Navallo. El resultado es una panorámica espectacular, más si tenemos un poco de paciencia y esperamos a la puesta de sol.