Nuestra comunidad presume de un gran acervo cultural gracias al gran número de restos arqueológicos prehistóricos, castreños o romanos que aún se conservan; la gran cantidad de iglesias románicas dispersas por nuestros pueblos; y un gran catálogo de elementos etnográficos que recuerdan la forma de vida tradicional. Entre nuestro gran tesoro resaltan cuatro entidades distinguidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: el casco histórico de Santiago y la catedral, el Camino de Santiago, la muralla romana de Lugo y la Torre de Hércules en A Coruña.
Santiago de Compostela y su Camino
La catedral de Santiago es la insignia de Galicia y las flechas amarillas del Camino son conocidas por los miles de peregrinos que cada año realizan la ruta hacia la capital gallega. Es difícil determinar cuántas personas acceden al año la Catedral de Santiago, pero fácil deducir que es, de largo, el lugar más visitado de Galicia y uno de los más concurridos de España, en competencia directa con La Alhambra.
Más de cien mil personas llegan a Compostela haciendo el Camino de Santiago, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993, y que data de hace más de 12 siglos. Por su parte, el templo románico cumplió en 2011 ocho siglos, y junto con el casco histórico de Santiago constituye uno de los ejemplos más bellos de arquitectura civil y religiosa de Europa. El hermoso casco histórico de la ciudad fue distinguido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1985.
La Torre de Hércules
En la antigüedad este monumento de la ciudad de A Coruña formaba parte de una gran cadena de faros a la que también pertenecían el Faro de Alejandría (Egipto) y el Coloso de Rodas (Grecia), reconocidos por Antípatro de Tesalónica (entre 20 a. C. y 20 d. C.) como dos de las siete maravillas del mundo. La Torre de Hércules, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2009, es el faro romano más antiguo en funcionamiento que existe en el mundo, y el único faro que figura en el listado de Patrimonio Mundial.
El gran espacio verde que rodea al antiguo faro se denominó Parque Escultórico de la Torre de Hércules, aunque también se le conoce como Jardín de Hércules o Parque Celta. Se trata de una zona de 47 hectáreas al aire libre en las que respirar el fuerte viento marino y observar las 15 obras escultóricas en él depositadas. Las más populares son la figura de Breogán, guerrero celta al que se atribuye la fundación de A Coruña y que da la bienvenida al parque; los menhires, un grupo escultórico de 12 piezas; y la Rosa de los Vientos, un mosaico circular de 25 metros de diámetro ubicado al pie de la Torre y sobre el cual se puede transitar.
La muralla romana de Lugo
El emblema de Lugo es su muralla por la que se conoce internacionalmente a la ciudad y por la que los turistas pueden pasear en todo su recorrido. Al entrar por alguna de sus 10 puertas se llega a la parte vieja o casco histórico. La muralla romana de Lugo tras 17 siglos se mantiene en pie y es imagen de esta capital. Construida por los romanos entre 260 y 310, cuando Lucus Augusti era la capital del Convento Jurídico Lucense la razón de su construcción fue que en esta época los pueblos bárbaros amenazaban las fronteras del norte del Imperio Romano, por lo que Roma fortificó algunas de sus ciudades más importantes. En 1921 fue declarada Monumento Nacional y el 30 de noviembre de 2000 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Del legado cultural de los romanos se conservan las termas romanas, actualmente declaradas bien de interés cultural de Galicia y el Puente Romano de Lugo que formaba parte de la vía XIX que unía Lucus Augusti con Bracera Augusta.
El viajero que se acerque a Lugo podrá disfrutar además de importantes recursos patrimoniales de la época romana: los restos arqueológicos musealizados en la Casa de los Mosaicos, el Museo Provincial, el Centro de Interpretación de la Muralla, el Centro Arqueológico de San Roque, la Sala de Exposiciones Porta Miñá, las Termas Romanas y el Santuario de Santa Eulalia de Bóveda.